Este blog fue informado por una conversación con el Dr. Arash Anoshiravani. El Dr. Anoshiravani es pediatra y especialista en medicina adolescente en la Facultad de Medicina de Stanford y en el hospital infantil de Lucile Packard en Stanford.
Cuando los niños se sienten tristes o preocupados por algo, pueden tener miedo de compartir sus emociones con sus padres. Puede ayudar a su hijo a sentirse más cómodo expresando sus sentimientos practicando la escucha de apoyo. Puede seguir estos tres pasos para asegurarse de que su hijo se sienta seguro, apoyado y comprendido durante estas importantes conversaciones.
Paso uno: escuche
Escuche lo que su hijo tiene que decir. Demuestre que esta conversación es importante para usted. Guarde su teléfono, apague la televisión y preste atención a lo que se está discutiendo. Cuando un joven siente que lo están escuchando, se le quita una enorme carga emocional y psicológica que los padres no deben subestimar. La escucha activa sienta las bases para cualquier cambio o desarrollo futuro.
Consejo: formule preguntas abiertas
Algunos jóvenes pueden sentirse nerviosos si les hacen preguntas específicas sobre su comportamiento. En su lugar, simplemente pregúnteles cómo les está yendo y déjeles hablar sobre lo que está sucediendo. Ellos compartirán lo que se sienten cómodos compartiendo, y muchas veces esta conversación los llevará naturalmente a abrirse.
Si le preocupa que haya un problema, pero no lo mencionan, puede decir: "Están sucediendo tantas cosas en el mundo en este momento, y hay muchas personas que se sienten preocupadas, ¿es lo mismo para ti?" Es mejor mantener su lado de la conversación como algo práctico, para que no sientan que espera una respuesta específica.
Consejo: respete los límites de su hijo
Si su hijo no está listo para hablar, puede respetarlo y dejarle saber que está disponible si alguna vez necesita ayuda. Esto puede abrir una puerta para una conversación futura al tiempo que demuestra que los respeta y confía en ellos.
Paso dos: educar
A veces, un niño solo necesita saber que muchas personas sienten lo mismo que ellos. Comparta con ellos que no son los únicos que se ponen nerviosos antes de una presentación en clase. No es la única persona que se preocupa por el mundo. A veces, escuchar que muchas personas comparten estos sentimientos, incluso adultos, les quita una gran carga a los niños porque no se sienten tan extraños o solos.
Paso tres: replantea la situación
Lo último, además de escuchar y educar, es replantear la situación. Es útil que los jóvenes comprendan que existen muchas perspectivas diferentes para cualquier situación. Puede ayudar a su hijo a comprender por qué una persona se comporta de cierta manera con él. ¿Tu profesor podría ser estricto porque quiere que aprendas? ¿Quizás tu hermano mayor te delató porque está tratando de protegerte? ¿Podrían sus comportamientos ser por amor? A menudo, ayudar a un niño a comprender una situación de una manera ligeramente diferente puede ayudarlo a sentirse diferente y a comportarse de manera diferente.
Recuerde, puede ser difícil para los niños abrirse, pero puede ser útil tener un adulto cariñoso y respetuoso que esté dispuesto a pensar en las cosas con ellos. La relación entre padres e hijos tiene muchas emociones envueltas en ambos lados, por lo que puede ser igualmente difícil para los padres hablar sobre algunos sentimientos con sus hijos. Si tiene problemas para hablar sobre sus sentimientos, su pediatra puede ayudarlo a hablar con su hijo. Obtenga más información en nuestro próximo blog: Entrevista con el Dr. Arash Anoshiravani: ¿Cómo abordan los médicos el bienestar mental de los pacientes jóvenes?