Es esa época del año otra vez: acumulando plumas y cuadernos nuevos, sacando mochilas del closet, aprendiendo los nombres de los nuevos maestros. Si bien comenzar un nuevo año escolar puede ser emocionante para muchos estudiantes, también puede ser muy desafiante. Después de semanas de diversión familiar, jugando con amigos o nadando en la piscina, los estudiantes de repente tienen que navegar en un nuevo entorno, nuevos horarios y mucha, mucha gente nueva, lo que puede causar un aumento del estrés y la ansiedad.
Los expertos anticipan ver un aumento particularmente grande en los casos de salud mental en jóvenes este año escolar. La constante incertidumbre, preocupación y dolor que han experimentado los niños, junto con la interrupción de la rutina diaria de ir a la escuela, ha sido difícil. Los niños se han acostumbrado a estar en casa con sus padres y a mantenerse alejados de los demás, lo que puede causar una mayor ansiedad por separación o ansiedad social cuando los estudiantes regresan a un entorno escolar típico. "La pérdida de muchas rutinas, como la asistencia a la escuela y las actividades extracurriculares, ha llevado a una sensación de aislamiento", señaló el Dr. Adrian Khaw, pediatra de Hazel Health. "Trágicamente, las tasas de depresión, ansiedad y abuso de sustancias han aumentado".
Es importante que las familias conozcan los signos y síntomas de las afecciones de salud mental comunes, como el estrés, la ansiedad y la depresión, para que puedan reconocer las preocupaciones e intervenir rápidamente. Aunque puede ser difícil "ver" una condición de salud mental, a menudo los primeros signos aparecen en el cuerpo en forma de problemas de salud física menores y comunes. Al conocer las conexiones más comunes entre la salud física y mental y las preguntas adecuadas, los padres pueden ayudar a sus hijos a aliviar las emociones difíciles y brindarles atención cuando lo necesiten.
La conexión entre cuerpo y mente
Nuestras mentes y nuestros cuerpos están estrechamente relacionados. A veces, los médicos se refieren a esta relación como la "conexión entre mente y cuerpo". La forma en que las personas se sienten físicamente puede afectar su forma de pensar y, de la misma forma, la forma en que las personas piensan puede afectar cómo se sienten físicamente. Por ejemplo, si un niño se enferma de gripe, se sentiría mal físicamente, pero la enfermedad también puede afectar sus pensamientos. El niño puede sentirse triste o molesto porque tiene que faltar a la escuela y no puede ver a sus amigos o asistir a actividades después de la escuela. Lo mismo ocurre a la inversa: si los pensamientos de una persona cambian, puede afectar cómo se siente físicamente.
Síntomas físicos comunes
Cuando los niños se sienten estresados, ansiosos o deprimidos, estos pensamientos suelen aparecer en el cuerpo como síntomas de salud física. Algunos de los síntomas físicos más comunes de las afecciones de salud mental incluyen dolores de estómago, dolores de cabeza, fatiga, dolores y molestias y dificultad para dormir. Los padres también pueden notar cambios leves en el comportamiento de sus hijos, como estar irritables, llorar fácilmente, pelear con los hermanos o tener dificultades para concentrarse.
Puede ser difícil diferenciar entre cuando estos síntomas son solo físicos y cuando indican un problema de salud mental. "Es importante estar atento a la frecuencia, el momento y el patrón de los síntomas", comparte el Dr. Khaw. En otras palabras, las familias deben prestar especial atención a los síntomas que persisten o ocurren repetidamente en ciertos lugares o en momentos similares. Por ejemplo, si un niño se queja regularmente de dolor de cabeza por la mañana, puede ser porque la idea de ir a la escuela le está provocando estrés o ansiedad. Las visitas frecuentes a la enfermera de la escuela después del almuerzo con dolor de estómago podrían ser un signo de acoso o ansiedad social durante el día escolar.
Haciendo las preguntas correctas
Si nota un patrón de síntomas físicos, un buen lugar para comenzar es hablar con su hijo para comprender mejor lo que está experimentando. Sin que se les indique, los estudiantes pueden tener miedo de decirle a un adulto lo que están sintiendo y, especialmente, los niños pequeños pueden no tener las palabras para describir cómo se sienten. Los pediatras de Hazel sugieren seguir estos pasos para preguntarle a su hijo sobre sus síntomas de salud:
- Encuentre un lugar tranquilo donde pueda escuchar a su hijo sin interrupciones.
- Pregúnteles sobre los factores estresantes en la escuela, como el acoso, los desafíos académicos o las dificultades en una relación romántica o platónica.
- Comparta sus propios sentimientos. Cuando los adultos son honestos acerca de sus preocupaciones y temores, como regresar al trabajo o enfermarse, ayuda a los niños a sentirse más cómodos para abrirse y compartir sus sentimientos también.
- Apoye y anime a su hijo a mantener un canal de comunicación abierto.
Si su hijo continúa experimentando síntomas físicos debido al estrés, es posible que desee programar una visita con el médico de atención primaria de su hijo para descartar cualquier problema médico. Si Hazel está disponible en su escuela, también puede comunicarse con nosotros.
Su pediatra podría animar a su hijo a hablar con un consejero. Los consejeros están capacitados para ayudar a las personas a identificar situaciones que desencadenan pensamientos difíciles y enseñarles cómo utilizar estrategias de afrontamiento para aliviar la tensión cuando surgen el estrés y la ansiedad. El consejero de su hijo podrá establecer un plan de tratamiento a corto o largo plazo que se adapte mejor a sus necesidades.
Con todos los desafíos que los estudiantes han enfrentado desde que comenzó la pandemia, queremos asegurarnos de que su transición de regreso al aprendizaje en persona sea lo más fluida, segura y sin estrés posible. Al comprender las formas en que las inquietudes sobre la salud mental de los estudiantes pueden manifestarse a través de los síntomas físicos, podemos estar mejor preparados para abordar esas inquietudes, apoyar a los estudiantes en este momento desafiante y permitirles prosperar en este nuevo año escolar.